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Desarrollo motor y movimiento libre en bebés.

El desarrollo motor se considera un proceso secuencial y dinámico que se produce a lo largo de la infancia, mediante el cual los humanos adquirimos una gran cantidad de habilidades motoras encaminadas a lograr la independencia física y funcional mientras se produce la maduración del sistema nervioso.

El desarrollo motor es uno de los aspectos más importantes para niños y niñas en su proceso evolutivo.

Sólo hay que pararse a observar, dejarles hacer y disfrutar del proceso.

Es sumamente importante dejarles que se desarrollen con tranquilidad, confiando en sus capacidades y potencialidades y dejando las prisas a un lado.

Sin forzar posturas a las que no llegan por sí solos, acompañándoles en su actividad en el suelo e intentado evitar hacer uso de hamacas, tacataca, gimnasio de actividades...y demás mobiliarios que dejan poco margen al libre movimiento.

La importancia de fomentar el Movimiento libre

¿Que es el movimiento libre?

El movimiento libre es un movimiento liberado de cualquier voluntad ajena al ritmo interno del bebé. Según Pikler las diferentes fases del desarrollo motor son consecuencia de un desarrollo madurativo, es decir, se dan cuando el bebé está preparado para ello, sin la ayuda ni intervención del adulto.

El desarrollo motor surge de forma espontánea y autónoma, no necesita de la intervención del adulto pero sí de su mirada atenta, respetuosa y cariñosa.

La confianza en los niños, en su capacidad de moverse y relacionarse con el mundo que los rodea es muy importante, ya que esta confianza les devuelve una imagen positiva de ellos mismos.

Principios básicos:

  • El respeto a la libertad de movimiento y la conquista de la autonomía.
  • Considerar que la actividad que surge del propio interés da satisfacción al niño y hace sentirlo competente.
  • La importancia de ofrecer un entorno adecuado.
  • El valor de la estabilidad y de la regularidad en la relación personal y en el entorno en que viven los pequeños, como fuente de seguridad y de inicio de las nociones de espacio y tiempo
  • La atención de calidad y el respeto por el ritmo de desarrollo individual de cada niño.
  • La importancia de los estadios de intentos o de ensayos de experiencias.
  • El peligro de las intervenciones de estimulación que "fuerzan" el ritmo individual del niño.
  • El valor de las actividades de la vida cotidiana.

Emmi Pikler, la fundadora del Movimiento Libre:

Emmi Pikler nació en Viena en 1902. Fue pediatra y desarrolló su labor profesional en Hungría. Trabajó como pediatra de familia, lo que le brindó la oportunidad de observar de primera mano como se establecían los vínculos de seguridad afectiva entre padres e hijos. Invitaba a las familias que acompañaba a intervenir mucho menos y a observar más, estaba convencida de que eran los pequeños detalles, las cosas de todos los días, lo que jugaba un papel importante en el desarrollo del niño y la niña.

En 1946 le encargaron la dirección de la Casa-Cuna que acogía a niños y niñas de 0 a 3 años que por algún motivo habían sido separados de sus progenitores.

Su mayor preocupación era que éstos niños y niñas no sufrieran de “hospitalismo”, un fenómeno por medio del cual los bebés que son criados en instituciones se vuelven apáticos, indiferentes y muestran retrasos en numerosos aspectos de su desarrollo.

Su objetivo, era ofrecer a los niños y niñas una experiencia de vida saludable, que resguardase su desarrollo y evitase las carencias que puede traer consigo el vivir en el seno de una institución los primeros años de vida.

Emmi Pikler identificó dos necesidades principales en la vida de un niño/a:

  • necesidad de apego: a la que va a dar respuesta a través de unos cuidados cotidianos de calidad.
  • necesidad de autonomía: a la que dará respuesta a través del movimiento libre y la actividad autónoma.

Sus principios pedagógicos destacados:

  • Respeto: por ese ser que vamos a acompañar como una persona de pleno derecho, desde el mismo momento de su nacimiento y también respeto sus ritmos individuales de desarrollo.
  • Libertad de movimiento: entendiendo que el movimiento es parte fundamental y necesaria de su desarrollo y de su forma de expresarse, ser, conocer y relacionarse consigo mismo y con en el mundo.
  • Relación afectiva privilegiada: mediante la estabilidad en los cuidados cotidianos.
  • Comunicación: favoreciendo la toma de conciencia de si mismo y de su entorno.

La pedagogía de Emmi Pikler nos invita a cambiar la mirada sobre la infancia y la forma en que queremos relacionarnos con las niñas y los niños.

Nos habla de un bebé que es capaz desde el mismo momento de su nacimiento, un ser activo y competente, con iniciativa, abierto al mundo y comunicativo, con el cual estableceremos unas relaciones de calidad, basadas en la confianza, el respeto, la honestidad y la autenticidad.

“El niño no es una marioneta en manos de un adulto todopoderoso” Emmi Pikler

¿Por qué fomentar el Movimiento Libre?:

  • consiguen un desarrollo correcto y seguro, además de equilibrio y posturas corporales a las que llegan de manera natural.
  • se produce un autoconocimiento de su cuerpo y de sus posibilidades.
  • a través del movimiento desarrollan su capacidad para pensar y su comunicación al interactuar con el mundo que le rodea, además de estimular la conexión entre cuerpo y mente.
  • se genera autoconfianza en sí mismas, evolucionan a su ritmo y consiguen las fases cuando están seguras y preparadas.
  • les permite jugar en libertad sin normas ni exigencias y esto conlleva también un desarrollo de la creatividad.
Decía Emmi Pikler 'Intentar enseñar a un niño algo que puede hacer por sí mismo, no es tan sólo inútil sino perjudicial'.

Fases de este desarrollo:

Los primeros meses los bebés deben de estar cerquita de sus padres y madres, los brazos son su lugar favorito, el contacto con sus progenitores, sentirles cerca, sentir su calor, su olor, sus caricias, su voz, sentir seguridad...debemos tener en cuenta las necesidades de cada momento.

Su postura durante un tiempo sigue siendo muy 'acurrucada', casi en posición fetal y sus movimientos son espontáneos y descoordinados.

Además, no tienen ningún control sobre su cuello y cabecita, esto lo irán consiguiendo en los siguientes meses.

Seamos conscientes de que han estado durante nueve meses dentro de la barriga de mamá, y salir de ahí es un cambio muy brusco para ellos y ellas.

Al suelo de cúbito supino

Poco a poco parece que van 'estirándose', sus brazos y sus piernas ya no están encogidos, sino que van abriéndose al mundo. Cuando el niño y la niña van teniendo periodos más despiertos y ya empiezan a querer moverse algo más es el momento de bajarnos al suelo y acompañarlos en esa etapa.

El suelo debe de ser un lugar adaptado a un bebé, que sea confortable, que haya higiene, luz natural, ropa cómoda, material del suelo adaptado (nada de cojines ni mantas…sino una superficie firme y cálida)y lo más importante que pueda estar acompañado de un adulto de referencia (padres, abuelos, tíos...), es necesaria la presencia del adulto, la cercanía, esto les da seguridad y confianza.

Muchas veces nos encontramos con que no quieren estar mucho tiempo tumbados, es algo progresivo, según vayan creciendo, avanzando y sintiéndose seguros tendrán más necesidad de estar en el suelo.

Su primera postura va a ser de cúbito supino, es decir, boca arriba y será capaz de girar el cuello hacia los dos lados, comenzará a mover brazos y piernas y desde ahí irá consiguiendo los demás movimientos, solo necesita tiempo, espacio, presencia y acompañamiento. No es necesario llenarle de objetos, juguetes y demás cachivaches que tenemos en las casas.

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Las primeras cosas que hace un bebé es ir descubriendo su cuerpo: manos, pies...por eso empiezan a chupárselos, levantan las piernas, se agarran los pies, los llevan hasta la boca, están en fase de descubrimiento y no pasa nada porque lo hagan, es una fase más del desarrollo y además muy positiva.

Poco a poco podemos proporcionar algún material adaptado a su edad: telas, pelota blandita...cosas suaves y de fácil agarre, y tampoco es necesario dárselo en la mano, podemos colocarlo alrededor para que, una vez que lo descubra, pueda llegar por sí sola y empiece a interesarse por ello y continuar así avanzando en su movimiento.

Girarse a un lado

Llegará el día que logrará colocarse de lado, hasta que una de esas veces consiga voltearse y se dé cuenta de lo que lo ha logrado, después querrá seguir haciéndolo una y otra vez.

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Al principio esta postura cuesta, no son capaces de sacar los brazos, van cogiendo fuerza en su cuello y espalda y cuando menos te lo esperas ya tienen los codos clavados en el suelo y no paran de mirar y observar todo lo que hay a su alrededor, su perspectiva ha cambiado totalmente y comienzan a girarse sobre su propia tripa.

Reptar

Poco a poco, a través de su esfuerzo, descubrirá que puede empujarse con sus propios pies hacia adelante, bien desde el suelo o haciéndolo desde una pared, intentar coger un objeto, tocar algo, llegar a ti...esto es el preámbulo del momento de reptar, han de coger fuerza en brazos y piernas, y en uno de sus múltiples intentos empiezan a desplazarse reptando, hito muy importante ya que adquiera el patrón cruzado.

También puede darse la circunstancia de que comiencen a reptar hacia atrás, es algo habitual y normal, tienen más fuerza en las manos y antebrazos y se empujan hacia a atrás, será cuestión de tiempo que lo consigan hacer bien.

Es importante que en cada fase estén un tiempo afianzando el movimiento, desarrollando la destreza y cogiendo seguridad para seguir avanzando firmemente en las siguientes fases, insistimos en que las prisas debemos de dejarlas de lado.

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'Cuando el niño actúa por su propia iniciativa e interés aprende y adquiere capacidades y conocimientos mucho más sólidos que si se le intenta inculcar desde el exterior éstos mismos aprendizajes'. Emmi Pikler

De rodillas(Gateo)

Y así sin darnos cuenta llega un día en que es capaz de ponerse de rodillas y la ilusión es tremenda, y ves su carita de ilusión y de orgullo de '¡mira lo que he conseguido!', al principio solo conseguirá estar unos minutos pero poco a poco empezará a hacerse experto, conseguirá gatear, fase importantísima para seguir afianzando el patrón cruzado y para la distancia entre ojo y mano que será la misma que tenga a la hora de leer y escribir en un futuro, además será el más rápido y se recorrerá cada rincón que tú le permitas explorar.

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Mantenerse sentados por sí solos

Más o menos es en este momento cuando también consiguen la sedestación, quedarse sentados por sí solas, que les vuelve a dar otra perspectiva del mundo y de las cosas.

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Es de gran importancia que logren ésto sin haber forzado su postura sentándoles cuando no son capaces, llenándolas de cojines alrededor...todo esto lo que consigue es entorpecer el desarrollo ya que cuando no están preparadas para sujetar su espalda pueden llegar a hacerse daño e incluso caer hacia un lado y ésto les supondrá asustarse, sentir insecuridad y coger miedo.

Alcanzar objetos

Algunos niños tendrán más prisa que otros por explorar, de interesarse por llegar a coger objetos que ven en los muebles y conseguir quedarse de pie, ellos, por si solos, se darán cuenta de la seguridad que tienen en esta postura, unos son más atrevidos y lo hacen antes, otros preferirán esperar hasta sentirse con más destreza en ello.

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Primeros pasos

Y, por último, una vez conseguido todo y teniendo seguridad, presencia del adulto y confianza comenzarán a dar sus primeros pasos (sin necesidad de agarrarles de sus manitas para lograrlo). Comenzarán por dar pasos laterales agarrados a algún mueble u objeto, después darán pasitos en pequeñas distancias y por último conseguirán la conquista de la marcha.

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Consideraciones a tener en cuenta:

No todos los niños siguen el mismo desarrollo, unos consiguen unas fases antes y otros después y no hay que preocuparse de ello mientras las vayan consiguiendo todas. La comparación entre ellos y ellas debemos de evitarla, ya que cada uno es diferente en su proceso.

A lo largo de todo este desarrollo autónomo llevan a cabo una serie de posturas intermedias importantísimas para afianzar sus movimientos de manera segura.

El desarrollo motor de los bebés es maravilloso, van consiguiendo cada fase por sí mismos sin necesidad de que los adultos intervengamos demasiado (a no ser que haya algún problema de base que necesite estimulación o intervención), no necesitan que forcemos ninguna postura en ellos, cuando estén preparados lo harán solos y solas y con mucha seguridad, además dejarles que se muevan libremente les hace conseguir su autonomía desarrollando así su autoestima de manera positiva, no van a depender de un adulto para moverse, así que si en un momento dado tienes que alejarte, no tendrá problema en seguirte si lo necesita.

Sus movimientos en un futuro serán mucho más seguros, con mucha más destreza, subirán, bajarán de los sitios, saltarán, correrán y no habrá obstáculos ya que se sienten capaces de lograr las cosas por sí solos y solas.

Confiar en las capacidades de niños y niñas y cambiar nuestra mirada de la infancia es fundamental para dar grandes pasos en esta educación basada en el respeto.

Referencias

Pikler, Emmi. Moverse en Libertad: desarrollo de la motricidad global. Ediciones Narcea. Novena reimpresión.

Falk, Judit; Tardos, Anna. Movimientos libres. Actividades autónomas. Ilustraciones Klára Pap. Editorial Octaedro- Rosa Sensat. Segunda edición 2013.

Artículo escrito por Teresa Rivera García. Maestra Infantil y Psicopedagoga. Formada en Pedagogías Activas, Certificada en Disciplina Positiva para Familias y Coach de Familia. Más información en @dejandohuellasconcorazon.